Desnutrición en las personas mayores

Desnutrición en las personas mayores

12/02/2015

Que producen cambios fisiológicos a nivel funcional, orgánico y emocional. Es importante contextualizar estas modificaciones dentro del marco social y económico propios también de esta etapa de la vida, que sin duda van a marcar de manera determinante la manera en que se va a desarrollar este proceso. Esto va a influir de forma notable en la modificación de los hábitos alimenticios y del aprovechamiento de los nutrientes.

Uno de los problemas clínicos más comunes en la población geriátrica son los trastornos nutricionales. La prevalencia de desnutrición se sitúa entre un 15-20% en ancianos no institucionalizados y alcanza un 60% en aquellos que están institucionalizados. Además la presencia de problemas nutricionales se asocian a una mayor morbimortalidad en personas mayores y a un alargamiento de los periodos de hospitalización.

La alta prevalencia de enfermedades en los mayores es un factor de riesgo importante que puede conducir a un mal estado nutricional. El dolor crónico, la insuficiencia cardiaca grave, el infarto agudo de miocardio, la insuficiencia respiratoria y hepática, las enfermedades crónicas, las neoplasias y las endocrinopatías son algunos ejemplos de enfermedades relacionadas con un mal estado nutricional.

No debe ser menospreciada la importancia de la actividad física, que en complemento de una dieta adecuada, mejora la función neuromuscular, incrementa la fuerza, la resistencia, la autoestima y la habilidad para desempeñar funciones, que contribuyen al mantenimiento de la independencia de la persona y por lo tanto, a una disminución de la presencia de trastornos nutricionales en las personas mayores.

Cristina Parra Manzanares, Enfermera de Vitalia Ferraz

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