Efectos de la soledad sobre la salud de las personas mayores

Efectos de la soledad sobre la salud de las personas mayores

02/11/2020

Según se ha observado, la soledad tiene una relación más estrecha con la salud que otras variables sociodemográficas ampliamente relacionadas (edad, sexo, estado civil, ocupación y nivel de ingresos), por lo que se ha considerado que la soledad es la “complicación más insoportable y más peligrosa de la vejez”.

Tanto es así que se ha comprobado que la soledad es un predictor de la mortalidad en personas mayores. Os habéis dado cuenta que muchas parejas cuando se muere uno de los dos, al poco muere el que queda vivo. Siempre decimos que es por amor o por pena o por soledad ¿Os dais cuenta de esta circunstancia?

Aunque en la actualidad no están del todo claros los mecanismos biológicos subyacentes relacionados con la soledad y sus efectos sobre la salud, algunos hallazgos señalan que puede deberse a la activación prolongada del eje HipotalámicoHipofisiario-Adrenal (HHA) y a los procesos inflamatorios del Sistema Inmune. Los hallazgos que soportan la hipótesis de la activación del eje HHA, se basan en los numerosos estresores a los que se deben enfrentar las personas mayores, provocando la activación del eje HHA y aumentando la secreción de cortisol en sangre, que a su vez provoca daño celular y altera los sistemas neuroendocrinos (Adam, Hawkley, Kudielka y Cacioppo, 2006).

En la misma línea, la hipótesis de la inflamación, se basa en la idea de que los eventos estresantes y el distrés emocional, como puede ser la experiencia de soledad, aumenta sustancialmente la producción de citoquinas proinflamatorias que alteran la respuesta inmune y están asociadas a enfermedades relacionadas con la edad.

No obstante, comentan que la evidencia acumulada al respecto apunta hacia una integración de ambas explicaciones que asocie la soledad, la respuesta al estrés y los procesos inflamatorios.

A continuación, describimos las consecuencias biopsicosociales de la soledad subjetiva sobre la salud de las personas mayores en tres categorías: física, psicológica y social.

Efectos físicos de la soledad.

Existen numerosas referencias sobre los efectos físicos y mecanismos fisiológicos que explican los daños que provoca la soledad en la salud de las personas mayores, comenzamos:

- Procesos inflamatorios: se ha encontrado que niveles elevados de soledad se asocian con la respuesta psicológica al estrés (aumentos en las interleucinas IL6 y IL-Ra) en mujeres mayores sometidas a situaciones de estrés inducido en laboratorio (Hackett et al., 2012) y esta relación es independiente de otras variables (edad, ocupación, índice de masa corporal o consumo de tabaco).

También se ha relacionado con la respuesta conservada transcripcional a la adversidad (CTRA), fenómeno que aumenta la expresión de genes implicados en los procesos inflamatorios y disminuye la expresión de genes implicados en respuestas antivirales.

Además, recientemente se ha comprobado cómo esta relación puede verse afectada por factores de resiliencia psicológica, lo que parece indicar que, en ciertas circunstancias, la resiliencia minimiza los efectos negativos de la soledad.

- Síndrome metabólico: La soledad aumenta la probabilidad de desarrollar síndrome metabólico (hipertensión arterial, altos niveles de glucosa, altos niveles de triglicéridos, bajos niveles de colesterol HDL y exceso de grasa abdominal) y esta relación es independiente de la edad y del hábito de fumar.

- Sistema cardiovascular: la soledad aumenta la presión sanguínea sistólica en personas mayores de 50 años y esta relación es independiente de otros factores psicosociales asociados a las enfermedades cardiovasculares o la hipertensión (síntomas depresivos, estrés percibido, hostilidad y bajo apoyo social). A nivel longitudinal, se ha comprobado que la soledad aumenta la presión sanguínea sistólica a partir de los dos años, es decir, que el efecto de la soledad sobre la presión sanguínea de las personas mayores es acumulativo y se manifiesta a largo plazo.

- Sueño: la soledad se ha considerado un factor de riesgo que condiciona la satisfacción del sueño global en personas mayores (Jacobs, Cohen, Hammerman-Rozenberg y Stessman, 2006). Asimismo, se ha observado que, ante las mismas horas de sueño, las personas que refieren sentir soledad durante el día permanecen más tiempo en la cama despiertas y tienen un peor funcionamiento diario, que se caracteriza por tener baja energía, altos niveles de sueño y fatiga.

(Seguiremos con el texto en breve 😉)

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