Caídas y fisioterapia
03/06/2015
Estos cambios funcionales ocurren en los sistemas sensoriales, neurológicos y músculo-esqueléticos y se caracterizan por alteraciones en las articulaciones, pérdida de masa muscular, disminución de potencia muscular y de la capacidad aerobica, así como alteraciones en la marcha y equilibrio. Los individuos se vuelven más susceptibles a enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares, osteoartritis, osteoporosis, ciertos tipos de cáncer, y aumentar su riesgo de caída.
Las caídas representan un importante problema de salud publica, por su frecuencia y por sus complicaciones graves asociadas: lesiones, incapacidad e incluso muerte. Las consecuencias de las caídas suelen ser lesiones leves como abrasiones, laceraciones y hematomas; o lesiones graves como luxaciones, fracturas o traumatismo craneoencefálico.
El miedo a una caída puede desarrollar un círculo vicioso donde la persona se mueve menos, por lo que su capacidad física empeora, así que hay una reducción en la calidad de vida e independencia/autonomia para llevar a cabo las actividades de la vida diaria.
Los factores de riesgo estan divididos en intrinsecos y extrinsecos. Los intrinsecos son la edad avanzada, sexo femenino, historial de caídas, deficiencias nutricionales como la vitamina D, vivir solo, tomar múltiples medicinas, medicinas psicotrópicas, depresión, dificultades cognitivas, demencia, disminución de la visión, enfermedades crónicas como EPOC, artrosis, problemas de los pies como, deformidades de los dedos, úlceras, y movilidad reducida. Los factores de riesgo extrínsecos son la mala iluminación, suelos mojados o resbaladizos, superficies irregulares, calzado o ropa inadecuada, y ayudas técnicas como andadores o bastones no apropiados.
La prevención de las caídas debe centrarse tanto en los factores intrínsecos: la revisión de la medicación, el uso de suplementos nutricionales (calcio, vitamina D), ingesta de líquidos, en la sensibilización para cambio de actitudes, la promoción de actividades sociales, que mejoran la calidad de vida y previenen la soledad; como extrínsecos: ayudas técnicas que pueden ayudar a mantener el equilibrio y la estabilidad.
A nivel fisioterapeutico se puede actuar a través de la prevención primaria, con medidas para evitar la aparición de caídas; en prevención secundaria, se actua con los mayores que ya se hayan caído en alguna ocasion, identificando los factores de riesgo; y en prevención terciaria, dirigida a los mayores que han caído, donde el objetivo será minimizar las consecuencias de la caída.
El fisioterapeuta interviene como coadyuvante en el tratamiento rehabilitador de la caída, y la enfermedad crónica que la produce como Parkinson, osteoporosis, etc, actuando en : entrenamiento del equilibrio, coordinación y resistencia aeróbica, fortalecimiento muscular y reeducación de la marcha. Otra intervención es la educación para la salud tanto para los mayores como para la familia o cuidadores como sensibilización para los factores de riesgo, aconsejar la mejor ayuda técnica para el mayor o enseñar técnicas y posturas para levantarse despues de una caída.
La actividad física y el ejercicio ayudan a mantener un tono muscular normal y a fortalecer el músculo, mejoran la movilidad y la estabilidad articular, reducen la rigidez, mantienen la estabilidad del hueso reduciendo los efectos de la osteoporosis, aumentan el equilibrio y permiten el mantenimiento de un peso apropiado. Ejemplos de actividad física puede ser hidroterapia, pilates, caminar, bailar, bicicleta estática, la participación en programas de ejercicios individuales o en grupos, entre otros.
La actividad física es un factor importante en la mejora del estado de salud de los mayores ya que: proporciona contacto social, disminuye el riesgo de enfermedades crónicas, mejora la salud física y mental, asegura un aumento de la funcionalidad del individuo y conduce a una mayor independencia y calidad de vida.