Diagnóstico y Tratamiento
El diagnóstico se realiza mediante una anamnesis completa y una radiografía simple. El signo radiológico más temprano es un pinzamiento de la línea articular, aunque también es posible encontrar otras alteraciones como un aumento de la remodelación, quistes subcondrales y deformidad de la articulación.
- Anamnesis: Dolor de características mecánicas tal y como se ha descrito anteriormente. En general ausencia de fiebre, de inflamación y de otras manifestaciones sistémicas.
- Exploración física: Se objetiva deformidad y mala alineación articular, hipotrofia muscular alrededor de la articulación y cierto grado de tumefacción (como consecuencia de sinovitis o derrame articular). A la palpación aparece dolor difuso y crepitación articular debida al rozamiento de dos superficies cartilaginosas ásperas y rugosas.
- Radiografía simple: Disminución del espacio articular, osteofitos marginales, esclerosis subcondral y alteraciones del contorno óseo.
- Las pruebas de laboratorio serán inespecíficas.
Actualmente no existe ningún tratamiento curativo para la artrosis, sin embargo, disponemos de una serie de medidas terapéuticas destinadas a combatir los síntomas y enlentecer el curso de la enfermedad. De este modo, los pacientes logran un importante alivio del dolor, lo cual les permite llevar una vida prácticamente normal. Es fundamental llegar a un Diagnóstico precoz, pues cuanto antes se instaure el tratamiento, más efectivo resultará, y mejores serán los resultados obtenidos.
Tratamiento Farmacológico
El tratamiento farmacológico está destinado a disminuir los síntomas. Los principales grupos farmacológicos utilizados son:
- Antiinflamatorios no Esteroideos (AINES) como grupo farmacológico de primera línea, en concreto el Paracetamol. Son efectivos para reducir el dolor gracias a su acción antiinflamatoria.
- En caso de que los síntomas no se controlen con AINES, utilizar opiáceos menores como grupo farmacológico de segunda línea: Tramadol, Codeína.
- En los casos de Artrosis de Rodilla, se ha probado la inyección intraarticular de ácido hialurónico, pues al parecer, producen un efecto más lento pero más duradero que los corticoides inyectados.
- La inyección intraarticular de corticoides no se deberá realizar más de 1 vez cada cuatro meses.
- Cirugía: De elección ante indicaciones muy concretas: pacientes con dolor invalidante que limite o impida el desarrollo de una vida normal. Las principales técnicas utilizadas son la artroplastia total (se recurrirá a ella en caso de artrosis muy avanzada o ante un fracaso intenso del tratamiento farmacológico), las osteotomías o las artroscopias (para eliminar fragmentos de cartílago que se han desprendido).
Tratamiento no Farmacológico
La primera línea de actuación consiste en promocionar las medidas preventivas enumeradas previamente. Es fundamental la adopción de unos hábitos de vida saludables basados en:
- Dieta equilibrada: Que asegure el aporte nutricional correcto, sin excesos ni carencias.
- Mantener un peso corporal saludable. En casos de sobrepeso u obesidad, adherirse a un plan alimenticio hipocalórico para alcanzar el peso corporal deseable.
- Educación higiénico-postural: Eliminar las posturas inadecuadas con el fin de evitar sobrecargas articulares innecesarias y tensiones musculares que pueden derivar en daño articular.
- Actividad física regular: Se recomienda una actividad aeróbica y de bajo impacto. El programa físico debe ser constante y mantenerse en el tiempo debido a la importancia que tiene la fortaleza muscular a la hora de preservar la estabilidad articular.
- Programa de Fisioterapia: Se deberán realizar ejercicios específicos destinados a conservar la movilidad articular así como su estabilidad, a través de la ejercitación de la musculatura accesoria. Para ello el fisioterapeuta responsable realizará un programa de rehabilitación específico y adaptado a las necesidades de cada uno de sus pacientes.