Fracturas de cadera. Visión desde la fisioterapia
En la actualidad la fractura de cadera es una de las patologías más frecuentes en personas de edad avanzada. El abordaje a estos pacientes (que generalmente tienen edades por encima de los 65 años), debe hacerse desde un punto de vista multidisciplinar, ya que la asistencia no solo queda reducida al tratamiento local de la fractura (que en la mayoría de los casos será quirúrgico), sino que también engloba los posteriores cuidados postoperatorios así como la recuperación funcional y la rehabilitación.
Las fracturas de cadera se producen frecuentemente por la coincidencia de un factor predisponente (Osteoporosis) y de un factor precipitante (caídas). En ocasiones la caída se produce tras la fractura espontánea de la cadera. La frecuencia de este tipo de fracturas va en aumento de forma paralela al incremento de la esperanza de vida de la población. Por otro lado, cuando empieza el proceso de envejecimiento se disminuye la coordinación neuromuscular, la visión, la audición y otros sistemas de alerta autónomos. Estos factores unidos a otros como la disminución de la capacidad cognitiva, o el uso de determinados fármacos, provocan una menor capacidad de reacción durante la marcha y el desequilibrio lo que podría desembocar en una caída con resultado de fractura. Por ello, la prevención de la fractura de cadera debe ir dirigida, por un lado, a prevenir y a tratar la Osteoporosis y, por el otro, a prevenir las caídas.
En este apartado de prevención la fisioterapia plantea el ejercicio físico como estrategia preventiva, ya que es beneficioso para incrementar la masa ósea y para prevenir la aparición de caídas. En nuestros mayores, el ejercicio en contra de resistencia (con pesas o cintas), y el ejercicio de mantenimiento (andar, subir escaleras, bicicleta…), ayuda a aumentar la fuerza muscular, la tolerancia al ejercicio y mejora la marcha y el equilibrio. Este último también depende de la capacidad del individuo de interiorizar y reaccionar ante elemento del entorno, capacidad que puede entrenarse y mejorarse.
El objetivo principal que se plantea la fisioterapia después de la aparición de la fractura, es recuperar el nivel funcional previo que el paciente tenía y que va en relación directa con el grado de deambulación que poseía. Dado que es una patología que generalmente se da en personas de edad avanzada, es fundamental conocer la situación funcional previa para poder plantear los objetivos de recuperación e ir valorando la consecución de los mismos.
Aunque durante el proceso de rehabilitación se plantearán múltiples objetivos desde la fisioterapia, los principales serán: la disminución del dolor, la recuperación de la amplitud articular y mejora de la fuerza muscular, así como la consecución de la deambulación con ayudas técnicas y posteriormente de manera autónoma. Para ello se diseñará un tratamiento personalizado y adaptado a cada paciente que irá modificándose durante el proceso de rehabilitación.
Isabel Vivas González
Fisioterapeuta Vitalia Alcalá de Henares